Volver al Mirador y al Castillo de Torre Baro , 30 años después es como volver a reencontrarme con el niño que un día fui.
30 años después, si así como suena , treinta años después, y volver a uno de mis lugares favoritos cuando era un chaval , recuerdos de excursiones y paseos muchas tardes desde el barrio en el que vivía por entonces el barrio de Trinitat Vella.
Hay lugares en Barcelona que pertenecen alejados de las rutas turísticas este sigue siendo uno de ellos. Intacto persiste a los cambios que sufre el centro de la ciudad y las hordas de viajeros que parecen hacer colas por amor al arte o a comerse paellas mediocres a precios de langosta incluido . Día sin duda de recuerdos que vienen a la memoria .
Es recordar , sardinadas y días de tortilla con el colegio. Es especialmente emotivo volver y especialmente me esta costando plasmarlo en mis letras. para este post.
Y es que este mirador privilegiado de la ciudad de Barcelona está envuelto en una atmósfera de leyenda, sobre todo, en torno a sus orígenes .Convertido en uno de los símbolos más emblemáticos del distrito barcelonés de Nou Barris . El castillo está situado entre los barrios de Roquetes y de Torre Baró. Para mi es el mejor mirador de Barcelona, y tal vez el más desconocido.Desde el cual se puede contemplar Nou Barris, Horta, Sant Andreu, Sant Martí y, más allá, el río Besòs y los contrafuertes de Collserola, con las poblaciones de Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs y Badalona. Era de mis lugares favoritos y como digo y tras la visita de hoy confirmo de nuevo que lo sigue siendo , lo sigue siendo .Construido en una cima de la sierra de Collserola a principios del siglo XX, pero con una historia que invita a remontarse al pasado y que remite al primer castillo que hubo en la zona y que dio nombre al barrio, el Castell de Torre Baró es un excelente mirador que ofrece unas vistas privilegiadas de los barrios menos conocidos de Barcelona.El nombre de Torre Baró procede en realidad de otra torre, actualmente desaparecida, que estaba situada donde se encuentra actualmente la estación de metro, y que fue la residencia del barón de Pinós hasta que en 1714, a raíz de la Guerra de Sucesión, fue destruida.
A pesar de su aspecto medieval, se construyó a principios del siglo XX con la intención de crear un hotel que nunca se hizo realidad. Finalmente, en el año 1989, fue restaurado y declarado patrimonio histórico por el Ayuntamiento de Barcelona.
El castillo de Torre Baro Actualmente es un punto de información y educación ambiental del parque de Collserola.
Entre otras actividades, se ofrecen visitas guiadas al castillo.Itinerarios de descubrimiento del entorno y talleres educativos para todos los públicos. Es uno de los mejores miradores de Barcelona, desde el cual se puede contemplar Nou Barris, Horta, Sant Andreu, Sant Martí y, más allá, el río Besòs y los contrafuertes de Collserola, con las poblaciones de Santa Coloma, Sant Adrià y Badalona.
De nuevo me pongo a recordar , la leyenda que siempre me contaron desde pequeño .
La leyenda cuenta que la hija del barón Sivatte contrajo la tuberculosis y el mismo padre, propietario de los terrenos que conforman el barrio de Torre Baró de hoy en día, mandó construir un castillo a lo alto de la colina. Con el propósito que el aire puro de la sierra de Collserola ayudara a mejorar la enfermedad de su hija, el barón le dio un toque medieval a la construcción y si la contemplamos no nos costaría nada imaginarnos una pobre doncella encerrada en la última sala de la torre del castillo a la espera de un príncipe que venciera de una vez por todas al dragón de la tuberculosis.
Desafortunadamente la chica murió y ni siquiera se había terminado la construcción. Apenado, la leyenda cuenta que el barón Sivatte abandonó la obra como metáfora de su aflicción por la gran pérdida y así ha llegado hasta nuestros días.
La baronía de Pinós era la propietaria de la finca que alcanzaba los lindes de Montcada y Reixac donde, más o menos, estaría la actual estación de tren y, en este punto, construyó un magnífico edificio.
El Barón que con su torre dio nombre a toda la zona, apoyó durante la guerra de sucesión al Archiduque Carlos y evidentemente al finalizar la contienda sufrió la venganza del rey Borbón y, como consecuencia, el edificio fue destruido pero en 1797 se volvió a levantar una segunda torre.
Manuel Sivatte constituyó la empresa denominada “Compañia de Urbanización de las alturas y extensiones de Horta-Las Roquetas” con el objetivo de construir una ciudad jardín en su finca de Torre Baró. La actual Torre Baró que nos ha llegado hasta nuestros días se erigió durante la primera mitad del siglo XX. El 26 de marzo de 1904 se constituyó ante notario la Compañía de Urbanización de las Alturas del Noreste de Horta "Las Roquetas", que tenía como objetivo la creación de una ciudad-jardín para gente de clase pudiente . Constaría de un conjunto de casas unifamiliares erigidas en los bosques de la sierra de las Roquetes y que actualmente ocupa el barrio de Torre Baró.
Gracias a este proyecto se construyó la carretera Alta de las Roquetas y se inició la construcción por parte del arquitecto Josep Torres Argullol de lo que debería ser un hotel y hoy se le conoce como el castillo de Torre Baró, pero el fracaso de este proyecto de ciudad jardín significó la paralización de las obras y que el hotel quedara finalmente inacabado.
Abandonado posteriormente el proyecto debido a la falta de interés de los posibles compradores, este hotel-inacabado-se convirtió en el símbolo del barrio que se formó a sus pies y que, en vez de ser una ciudad residencial para familias acomodadas.
Se convirtió a partir de 1940 y especialmente en los años cincuenta y sesenta en un barrio para inmigrantes formado por viviendas de autoconstrucción, tras un nuevo intento de urbanización (menos ambicioso que el primero) en los años treinta, que tampoco tuvo éxito.
El mirador de Torre Baró es uno de esos lugares. Alejados del centro de Barcelona , este enclave se encuentra muy cercano al lugar donde antiguamente se levantaba la quinta forca cuyo aspecto advertía en esa época a maleantes antes de entrar a la ciudad y que dio pie a la expresión de lejanía que hoy en día usamos en catalán . Vamos en el culo del mundo como diría mi abuela .
Entre Trinitat Nova, Ciudad Meridiana y Vallbona, se levanta esta colina ribeteada con el llamado castillo de Torre Baró y un mirador con vistas privilegiadas a la ciudad de Barcelona y al valle del Besós. Nos encontramos en plena naturaleza, en uno de los vértices de la sierra de Collserola que separa la ciudad de Barcelona con las comarcas del interior.La inmigración de la década de los sesenta motivó la auto construcción y las barracas. Yo viví en Trinitat Vella siempre los mayores me contaron que las primeras casas del barrio se hicieron de auto-construcción . Aunque el ayuntamiento ya hizo un lavado de cara durante las últimas décadas, todavía podemos respirar un ambiente muy alejado de la estampa habitual que nos quieren hacer vender de Barcelona desde las instituciones. El barrio de Torre Baró ocupa el lugar donde antiguamente se situaban dos torres construidas por la familia Pinós durante los siglos XVI y XVII. A principios del siglo XX empezó la construcción de casas modestas en una de las vertientes que baja de la colina de Roquetes, con fuertes desniveles. De hecho, los recién llegados se construyeron sus propias casas. El aumento incesante de población alcanzó su punto culminante en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, con la gran oleada de inmigración obrera que llegó a la ciudad.
Al estallar la Guerra Civil, a principios de 1937 el castillo de Torre Baró fue ocupado por los soldados republicanos para instalar baterías antiaéreas y al acabar la Guerra Civil, éste fue utilizado algún tiempo como campo de concentración. Lo habilitaron como torre de vigilancia, instalando una cocina en los bajos y dormitorios en las plantas superiores. En los alrededores colocaron un potente foco de luz procedente del Palau Nacional de Montjuïc y dos ametralladoras. El lugar, que funcionó a modo de batería antiaérea, se coordinaba con la del Turó de la Rovira. En la noche del 24 al 25 de octubre de 1937 , cerca del castillo, entre la Font Muguera y Can Cuiàs fue abatido un avión italiano trimotor Savoia-Marchetti SM81 .Durante los años posteriores, el castillo fue punto de encuentro de excursionistas que se deleitaban de las magníficas vistas de Barcelona y de las comarcas vallesanas, y de familias humildes procedentes de las barriadas de Sant Andreu, Trinitat, Vilapicina, Roquetes, Verdum, Charlot y Prosperitat que los domingos y festivos iban a celebrar sus tradicionales "aplecs" y "fontades".
Entre 1983 y 1984 se celebraron allí las llamadas "acampadas urbanas".Se celebraron en el castillo diversas reivindicaciones culturales y acampadas para pedir la rehabilitación del mismo . En las cuales participe , si un joven reivindicativo, eso forma parte de mi gen personal.
Me encuentro sensible al escribir esta entrada en el blog, en cierta manera estoy reciclando un poco de mi al escribir estas palabras.
Recordar siendo más joven , en los 80, subía al castillo desde Roquetes por los viejos escalones de cemento desde la calle Llobera a celebrar el día de la Tortilla o la sardinada o otros eventos desde Trinitat Vella .
Las "acampadas urbanas" por parte de residentes de los barrios de Nou Barris limítrofes con la montaña, cuya finalidad era denunciar el estado de abandono y degradación de aquél sector de Collserola que era un pulmón verde para el distrito. Básicamente se solicitaba la limpieza de los bosques, la reforestación de las zonas degradadas, la rehabilitación del castillo y la eliminación de las torres de alta tensión así como de cualquier proyecto de urbanización.
No obstante, durante los años posteriores y hasta la actualidad, los continuos actos de vandalismo y la dejadez del lugar por falta de mantenimiento lo volvieron a degradar a pesar de su catalogación (No fue hasta el 1992 que se consiguió su catalogación como bien cultural.) y la protección oficial (mantenimiento integral de la actual construcción).
Hoy, el barrio se nos presenta como un espacio con fuertes pendientes, calles sinuosas que se adaptan al relieve y casas humildes autoconstruidas que sobreviven al paso del tiempo.
El mirador de Torre Baró se encuentra en la zona más al noreste de la ciudad ,cerca al río Besos, vemos de pleno el cinturón de Trinitat lleno de coches en un sin parar que delimita la frontera de la ciudad de las olimpiadas con la periferia que hasta hace bien poco esta ha estado ni aparecía en los folletos turísticos.El Castillo de Torre Baró, emblema del Distrito de Nou Barris , se sitúa en uno de los puntos de transición entre el Parque Natural de la Serra de Collserola y Barcelona.
Desde su posición elevada se observan unas excelentes vistas panorámicas del área metropolitana, de las principales cordilleras litorales y pre-litorales de Cataluña, y una perspectiva poco conocida de la ciudad de Barcelona. Se trata de un lugar ideal para descubrir el entorno y disfrutar de la natura sin alejarse de la ciudad
Cerca hay un restaurant que al menos nosotros encontramos cerrado aunque dentro del castillo hay maquinas de café, algunas bebidas y alguna pasta.
A veces, muy de tarde en tarde, se tiene la impresión de que también los lugares un día conocidos y olvidados luego acusan nuestra presencia cuando volvemos a visitarlos, y se establece una corriente de complicidad, que avisa del entendimiento mutuo, las manos del viento......se vuelven más largas y tenaces al rozarnos la piel, se oyen murmullos casi imperceptibles, la luz se tornasola, toma, te estoy devolviendo algo tuyo que guardaba, me lo diste a guardar, ¿te acuerdas? Y el lugar sabe que sí, nota que estamos dándole las gracias como a un amigo .
El Castillo de Torre Baro y su mirador eran uno de mis sitios favoritos y como digo y tras la visita de hoy confirmo de nuevo que lo sigue siendo .